Con el nombre de Hércules nos
referimos a varias figuras mitológicas que han sido unificadas en un solo personaje,
que actuaron en un pasado remoto como reyes civilizadores o héroes fundadores. Esto
se debe a que en tiempos pasados se otorgó el sobrenombre de Hércules o
Heracles a muchos héroes que realizaron proezas o que se consideraron benefactores de la humanidad. Uno de los más importantes sería
el Hércules egipcio o libio, autor al que se atribuyen numerosas proezas y
conquistador en épocas remotas, muchas de las cuales habrían tenido lugar en España.
Otro de ellos sería el Hércules griego o tebano, el que acompañara a los argonautas
y al que se atribuyen la mayor parte de las hazañas o famosas doce pruebas. Un
tercero se trataría del Melkart al que veneraban los tirios, quizá un rey
o general explorador de occidente.
El más importante de ellos al que nos hemos referido sería
Hércules egipcio, familiar del rey mitológico llamado Hispano o Hispan. En la Estoria de España de Alfonso X y a partir
de otras fuentes antiguas se relata cómo este Hércules egipcio erigió monumentos
y fundó ciudades por toda la antigua Hispania. Al llegar a tierras gaditanas navegando desde
Marruecos edificó torres y monumentos. Una de las edificaciones atribuida a Hércules
o dedicada al mismo era un templo que se situaba en la isla de Cádiz (en Sancti
Petri) y que
contenía en la antigüedad, entre otros tesoros, una estatua de Hércules sobre
un pedestal, almenara o edificación. La efigie o ídolo de oricalco, bronce o latón y recubierta de oro, representaba al héroe
barbado con cinturón, cubierto con un manto dorado, portando una llave, clava o
garrote de hierro en una mano. En la otra, extendida hacia oriente, mostraba
una inscripción en su palma o en una tabla de plomo cuyo contenido se desconoce,
aunque quizá expresara alguna protección contra la furia del mar o una pequeña referencia sobre su vida. Esta estatua terminaría siendo destruida por un almirante de los almorávides llamado Ibn Maimun en el siglo XI.
Los mitos recogen la venida de Hércules
a Hispania con el fin de derrocar a Gerión o bien a los hijos de éste, los tres Geriones, según la
crónica que se lea. La motivación que se recoge para tal empresa se fundamentaba
en el deseo de liberar a los hispanos que se hallaban bajo un régimen de
tiranía.
Algún relato menciona que la contienda
decisiva entre ambos pudo darse en Mérida o en otra localización del sur, ya que
Gerión dominaba varios reinos, desde Andalucía hasta Galicia e incluso las Islas
Baleares (quizá equivocando las islas de Eritía con las Baleares). Hércules habría ordenado levantar en Mérida una construcción rodeada de pilares
en recuerdo de aquella victoria. Otras crónicas aseguran que Hércules persiguió
a Gerión en su retirada hasta Galicia donde le venció y mató, construyendo tras
la victoria la torre de La Coruña sobre la cabeza del gigante.
En otras crónicas, Hércules acude
a Hispania para vengar la muerte de su padre y derrotar a los tres hijos de Gerión.
Es por ello que se representaba a Gerión con tres cabezas o tres cuerpos.
También se recoge que Hércules o un
sucesor suyo llamado Hispano (o Hispalo) habrían fundado Sevilla (Hispalis ), trayendo consigo al pueblo oriental de los Spalos. Allí levantaría la construcción de otro monumento
donde luego se levantaría Sevilla. Éste consistía en una imagen sobre seis pilares
de piedra y una losa de mármol .
La imagen sostendría un lema en dicha losa la cual señalaba la estatua con la otra mano.
Hércules siguió poblando el sur de la península hasta Cartagena Espartera.
Otra leyenda medieval sitúa a
Hércules en su camino hacia el norte atravesando Martos, donde mandó levantar
otro mojón
en la peña de la localidad. En aquel lugar existiría en el pasado un templo dedicado
a Hércules Invicto.
Algunas leyendas sitúan en Toledo una
torre o casa de Hércules, custodiada desde tiempos inmemoriales por un
grupo de guardias. Se dice que una de las torres tenía cuatro leones metálicos en
su base
y que estaba conectada mediante un sistema subterráneo de galerías con las cuevas
de Hércules, en las cercanías de la ciudad de Toledo. Las leyendas relatan que en dicha torre se
guardaban numerosos tesoros y artefactos de gran valor.
También se narra que el
último rey godo Don Rodrigo, incumplió una tradición por la cual cada rey había puesto un
cerrojo en la entrada de la cueva de Hércules. El rey, contraviniendo la opinión
de los más sabios consejeros, mandó abrir dichos cerrojos,
lo que liberó una maldición que resultó en la invasión árabe de 711. La cueva
de Hércules en Toledo estaría
situada bajo la iglesia de San Ginés a la que se habría accedido en varias ocasiones
en los últimos siglos y que quizá sólo fueran galerías de los sistemas de
conducción de agua en época romana.
En Segovia uno de los compañeros del héroe se habría enamorado de la hija de un
rey de aquel lugar. Contrariado por el romance con el capitán de Hércules, dicho
rey prefirió matar a su hija. El guerrero pidió entonces a Hércules que esculpiera la
forma de su prometida en las montañas de la Sierra y así es como se conoce el
conjunto formado por varias montañas como «La mujer muerta». Otras leyendas aseguran que en realidad se
trataba de la hija de un pastor (lo que no era raro en la tierra de los vettones).
Las leyendas coinciden en que la silueta de la montaña se formó tras una gran
tormenta. Otra versión e la leyenda es muy parecida y cuenta de Yebel Musa, también conocida como «la
mujer muerta», cerca de Ceuta. Las tradiciones norteafricanas hablan de
una djina o lamia que la habita, a la
que llaman Aisha Kandisha.
Otros relatos aseguran que Hércules
condujo a los bueyes de Gerión a Micenas pasando por Aragón. En aquellos años
en la zona que llamaban Montaragón, vivía otro líder de carácter malvado llamado Caco quien tendría
en su poder las tierras de Celtiberia y Carpetania. Es aquí donde se centra el
relato de la lucha de Hércules contra Caco
el cual tendría su morada en un monte de la Carpetania (las provincias de Toledo y Madrid o
Castilla la Vieja), en Celtiberia o quizá en el Moncayo. Dicen que era medio hombre
y medio bestia, con hábitos caníbales y que mostraba a la puerta de su cueva las
cabezas que cortaba (costumbre por otra parte común entre algunos pueblos ancestrales
de los celtas e íberos de procedencia oriental). En un momento dado, Caco consiguió
hacerse con el ganado mientras Hércules dormía. Al despertar, Hércules busca a
los animales, encontrándose con Caco con quien mantiene una lucha feroz. Las piedras
que se lanzaron mutuamente produjeron los arroyos que hay a día de hoy en el Moncayo. Otra versión asegura que el ganado
lo tendría escondido en la Cueva de Ágreda, en Soria. Se dice también que fundaría Barcelona
tras usar la novena barca que le quedaba al salir desde La Coruña, dándole este nombre a la ciudad. Continuando
con su viaje, fue acogido cerca de los Pirineos, uniéndose a la princesa Pirene,
que dio nombre a aquella cordillera.
Esta y otras historias en:
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