sábado, 2 de enero de 2021

Hadas en España: las ninfas




 Las ninfas son antiguas deidades menores que habitaban en la naturaleza. Son consideradas como una representación de la fertilidad y vida en ríos, lagos, montañas, bosques y florestas[1]. A diferencia de otros seres, como ondinas o sirenas, las ninfas se presentan como mujeres de apariencia normal. Existen varios tipos de ninfas dependiendo de su vinculación con distintos enclaves naturales.

Por un lado, se encuentran aquellas relacionadas con las aguas:

 

-          Oceánides Eran las ninfas de los océanos e hijas de los titanes Océano y Tetis, emparentadas con los oceánidas o dioses fluviales.

-          Náyades de las fuentes de agua dulce. Habitaban en pozos, fuentes, arroyuelos, manantiales y cualquier surtidero de agua de la tierra. Éstas a su vez se clasificaban por el tipo de fuente de agua en la que aparecían, como las náyades de los arroyos, las creneas de las fuentes[2], las heleades de las pantanos y marismas, las Limnades de lagos y lagunas, las pegeas de manantiales y las potámides de los ríos.

-          Nereidas eran las ninfas del Mar Mediterráneo, cincuenta hijas de Nereo y Doris en el Ponto y hermanas de Nerites, según Hesíodo. Se les dedicaban bosques sagrados y altares en la costa con el objetivo de garantizar travesías tranquilas y seguras.

 

Las relacionadas con la naturaleza:

-          Oréades, orestiades u oreia son ninfas de los montes y sus grutas, entre las que estaría Melisa.

-          Ailoníades, son las ninfas de los valles.

-          Napeas son ninfas que habitan los bosques, valles, montañas o cañadas. Entre las mismas se encuentran las oréadas en cumbres montañosas, las melíades en fresnos, las dríadas en encinares y las hamadríades.

 

Las que habitaban en los árboles:

 

-          Melíades o Melias son las ninfas de los fresnos. Hijas de Urano y Gea. Se las considera como las ninfas más antiguas.

-          Dríades y dríades alseides eran las ninfas de las selvas, bosques en general, praderas salvajes y las florestas. Se dice que surgieron del árbol de las Hespérides.

-          Hamadríades eran las ninfas de los bosques que nacían y morían con cada uno de los árboles.

 

Otras serían las relacionadas con otros accidentes de la naturaleza como las auloníades de los pastos de montaña y otras específicas de determinados lugares.

Relacionadas con el aire:

 

-          Sílfides. Espíritus elementales y ninfas del aire en relación con los dioses clásicos de los vientos. Son mencionadas en la obra de Paracelso por lo que quizá no tengan soporte mitológico antiguo.

 

En época romana abundaron los númenes acuáticos o ninfas que habitaban en fuentes y cursos de agua. En estas fuentes (algunas de aguas termales) se dedicaron aras o altares a las ninfas, por sus propiedades salutíferas que disfrutaron los ciudadanos hispanorromanos si bien se sabe que existieron baños termales de uso anterior a la invasión romana. En León se situaban las ninfas del Robledal o ninfas de la fuente del Amevcni[3] en Navatejera, donde se dedicó un ara votiva por parte de la Legio VII. En Sevilla se halla una Dominae ninfae y en Cáceres se encuentran las Ninphys Caparensibus, en Baños de Montemayor. Otros de los ninfeos conocidos en España y Portugal se encuentran el de Santa Eulalia de Bóveda, en Lugo; las Nymphae Fontis Amechi, en León; las Nymphae Varcilense, en Valtierra; las Nymphae Castecae, en Barrosa, al norte de Portugal; las Nimphis Silon y las Nymphae Tanitacuae, en Orense; las Nymphae Lapianae, cerca de Guimaraes y las ninfas de Niencebas.

Durante la Edad Media, se asoció a las dríades y ninfas de los bosques y el campo con la diosa Diana, conociéndose desde entonces como Dianas. Lo afirma así Macrobio en su Saturnales. Finalmente, su nombre derivaría o serviría para designar a las xanas, janas y anjanas, mientras que en las fuentes de agua se las sigue considerando como ninfas. Según San Martín Dumiense:

 

Muchos de estos demonios expulsados de la gloria que aún presiden en el mar, ríos, fuentes y selvas, a los cuales los hombres ignorantes que no conocen a Dios les hacen sacrificios. En el mar adoran a Neptuno; en los ríos a las lamias; en las fuentes a las ninfas y en las selvas a Dianas.[4]

 

Como apoyo a estos planteamientos tenemos lo dicho por Sebastián de Covarrubias, quien identifica a las hadas y mujeres encantadas con las antiguas ninfas. Si bien en muchas ocasiones las características de unas se confunden con las de las otras y a su vez se añaden elementos medievales y posteriores, lo que hace difícil seguir la pista de sus orígenes. Teniendo en cuenta todos estos testimonios, puede establecerse una equivalencia entre las antiguas deidades de la naturaleza de la Edad Antigua y el Medievo con los seres mitológicos populares de hoy en día.

 


 

 

Libro disponible aquí:




[1] En la Teogonía de Hesíodo se las denomina diosas que habitan en los boscosos montes.

[2] También las camenas o camenae.

[3] v. M. Díez Alonso. Mitos y leyendas de la tiera leonesa. 1982.

[4] San Martín de Braga. De correctione Rusticorum.


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