La Estoria de España de Alfonso X recoge una gran sequía en la antigüedad, previa al establecimiento de
los cartagineses y otros pueblos. El relato resumido sugería que durante aquella
sequía o bien no llovió o bien hubo un período de escasez de lluvias que
algunos estimaban en veintiséis años. Otras fuentes de la misma época comentan
que en realidad habrían sido varios meses de sequía.
Así lo explican las crónicas medievales que recogen la
emigración de los pueblos de Hispania durante la gran sequía hacia el norte.
Se dice que, al retornar sólo hallaron en la ribera de estos ríos, olivos y milgranas (granados). Este
fruto aparece representado en cerámicas íberas por lo que pudo
hacer alusión a este pasaje de tanto sufrimiento que, por otro lado, no estaría
tan alejado cronológicamente. El granado es la planta
o fruta nacional de Georgia que es uno de los lugares que pudieron ser habitados
por los mismos íberos.
Quizá por este motivo las granadas fuesen tan profusamente representadas en
elementos de su cultura material. Aunque es curioso encontrar una referencia
así en crónicas medievales.
La primera ciudad
repoblada fue Lepra a la que llaman Niebla, entre el Océano y la desembocadura
del Guadalquivir. En esta crónica se dice que volvió el rey Pirus a Toledo y,
donde estaban las dos torres,
mandó construir dos fortalezas para repoblar el asentamiento. Posteriormente se
dice que viajó a los montes daspa que también llamaba Cetúbales o Pirineos.
Por su parte, se aportan en crónicas medievales algunos dato más. Menciona a un rey llamado Pyrrus (Pirus) del que se afirma
que murió sin descendencia. Según relata, Hispan
habría tenido una hija a la que llamó Granada, o Iliberia (según la crónica de Alfonso). Sitúa la Gran Seca
durante el reino de este Pyrrus, que cifra en 26 años, el cual, junto a sus
vasallos, abandonarían su tierra hacia Galia y África, retornando al término de
la sequía. El primer lugar que repobló habría sido Niebla a la cual puso nombre
de Gaeda, así como otras partes de Sevilla,
Granada y al norte los montes Celtiberios. Cuenta que tras el reinado de Pirus,
los hispanos no quisieron continuar con reyes griegos, por lo que consideraban
que aquellos reyes procedían de un linaje procedente de aquellas tierras.
Algunos cronistas posteriores sitúan estos hechos hacia 1.030 a.C.
A. Herrero
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