Leucipo y Demócrito fueron los fundadores del atomismo antiguo. Vivieron en Abdera durante el siglo V. Leucipo fue teóricamente el que planteó esta teoría filosófica mientras que su pupilo Demócrito trató de sistematizarla. Como filósofos pluralistas piensan que la generación y muerte representan la agregación y disgregación de los átomos. Estos átomos constituirían unos entes indivisibles, inmutables y eternos. Los átomos pueden interactuar debido al vacío que los contiene.
Estos filósofos plantean el ser como los átomos y el no-ser como el vacío. Ser es equivalente a cuerpo. Leucipo y Demócrito plantearían que los átomos se moverían por sí mismos de acuerdo a un modelo mecánico. Para ellos la realidad única es la agregación y disgregación de los átomos siendo las cualidades de todas las cosas percepciones de esa realidad.
Demócrito describe el alma como compuesta de un tipo especial de átomos, a éstos los denomina átomos ígneos, por los cuales las cosas despiden unos "ídolos" que son una suerte de emanaciones de átomos.
Foto: Democrito meditando sobre el alma, 1868. Estatua en bronce por Léon-Alexandre Delhomme (1841-1895)(Marie-Lan Nguyen)
Dicho todo esto cabe destacar la equiparación del átomo con el ser. Lo que solemos estudiar o lo que suelen plantear los libros de texto es que la escuela atomista planteaba la materia como materia puramente sin explicar este aspecto del ser. Es importante realizar esta equiparación ya que no es lo mismo pensar en los átomos como mera materia que como ser y como existencia. Quizá interese a algunos sectores que la apreciación del materialismo o atomismo de la escuela d Abdera sea concebida como mera y pura materia pero estarían faltando a la realidad del concepto que es bastante más que eso. O concebirlo como lo único existente sin plantearse ir más allá.
Si nos fijamos en la concepción del ser como los átomos podemos entonces diferenciar dos formas de pensarlo. En una se referiría al átomo como elemento existente en sí en la realidad material simplemente. Pero la concepción del ser puede ir más allá y ensamblar la concepción del ser adoptada por otros filósofos. De esta manera la teoría de Leucipo y Demócrito no sería tan "mecanicista" y añadiría un grado de complejidad adicional del que carecen las otras visiones simplistas.
Imaginemos por un momento el Ser dentro como los átomos visto desde diferentes ópticas de otros filósofos como el Ser de Parménides, la esencia de las cosas o las ideas. Visto así, los átomos u otras partículas conformarían o serían el ser que conforman todas las cosas al ser.
Desde la ciencia moderna se ve que los átomos ni son inmutables (transmutación de elementos en otros) ni imperecederos ni homogéneos ni únicos, por lo que los átomos tal los consideramos hoy en día no cumplirían el concepto de Ser de Parménides. Quizá ese átomo concebido como partícula indivisible, inmutable, eterna y no transformable deba encontrarse en partículas más fundamentales que cumplan esa definición o quizá deba ser parte de algo aún por concebir y no entendido aún por la ciencia.
En todo caso puede fusionarse sin muchos problemas la teoría de los átomos como ser y las teorías de otros filósofos como los neoplatónicos, cristianos y musulmanes. Desde el panteísmo lógico de Juan Escoto Erígena como el argumento ontológico de San Anselmo como las ideas neoplatónicas o las tesis de Averroes o Avicena o las ideas del motor móvil. No existe contradicción posible entre todas estas ideas con la concepción del ser en partículas provistas de existencia.
Desde este punto de vista, todo lo percibido como materia provendría del Ser=Dios=motor de todas las cosas y al igual que se manifiesta de cualquier forma y manera, las entidades vivas, en diferentes grado de organización y complejidad como las racionales se manifiestan también de diferentes formas y maneras. Lo único engañoso son las formas de percibir las cosas. Esto nos lleva a que todas las cosas forman parte de un todo que se manifiesta de diferentes formas y tiene diferentes cualidades.
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